4 de mayo de 2017

Blog y Web, todo en uno

Queridas amigas, queridos amigos, a partir de ahora este blog pasa a integrarse en la web de mitoART: www.mitoart.es
Daros una vuelta por la web y por el nuevo blog: 
http://www.mitoart.es/blog/

un fuerte abrazo

Helena Morán

7 de marzo de 2017

Art Thinking, de estar EN CE RRA DA a estar EN RE DA DA

La sesión anterior habíamos utilizado un corto como detonador para la reflexión sobre el significado de estar ENCERRADA cómo metáfora de estar ENREDADA, fue un recurso que propició una serie de preguntas a las que las chicas dieron respuestas que se fueron enriqueciendo con las aportaciones del grupo, y que retomaremos más adelante:

¿Con qué me enredo?
¿Por qué?
¿Qué puedo hacer para desenredarme?

Un laberinto de hilos en el aula

La propuesta creativa fue: construir un laberinto de hilos en el aula, con el recuerdo plástico de una actividad realizada hacia más de un año donde el punto de partida fue “el tejer y el destejer de Penélope” y toda la simbología derivada del mito; en esta ocasión planteamos las mil situaciones en las que nos enredamos en lo cotidiano; al final, el juego desembocó en el inevitable  “desenredo” y su plasmación en papel con ceras grasas.

Pensamiento divergente, cuando la curiosidad es un camino

El escenario-punto de partida para el ejercicio de ENREDARNOS tenía que ser diferente, arbitrario, y sorprendente. A la invitación de disponer el mobiliario del aula (sillas y mesas), de manera arbitraria, las chicas reaccionaron con ganas y energía. Supongo que de alguna manera este nuevo enfoque del espacio habitado, su re-organización y posterior intervención tenía como inspiración el Art Thinking, cuya base se asienta en los descubrimientos de la neuroeducación, en el estudio de cómo aprende el cerebro, y en la necesidad para ello de activar la emoción, de despertar la curiosidad.

De las células madre del cerebro nacen a diario entre 4.000 y 5.000 neuronas, a través de un proceso llamado neurogénesis. Las actividades que se realizan desde pequeños crean circuitos neuronales; algunos se mantienen y otros desaparecen. Cuando esas actividades no son significativas para nuestra vida diaria, se diluyen. La clave para que lo que aprendemos sea significativo, es que tanto la información como el proceso sean relevantes y se repitan.

Atención, emoción, aprendizaje

Estamos diseñados para prestar atención a lo que no es habitual. Las situaciones nuevas nos atraen. Atención, emoción, aprendizaje, ese es el orden según la neuroeducación. Una vez más, una explicación perfecta a la necesidad del uso de los procesos creativos como instrumento de crecimiento personal.

27 de febrero de 2017

Espacios para aprender, espacios para crecer, espacios para vivir

Realmente no sé si existen muchos o pocos espacios para vivir el tiempo libre, pero lo que sí detecto es la ausencia de espacios invitadores, atractivos e inteligentes para disfrutar y aprender en nuestro tiempo libre, al menos en lo relativo a niños y adolescentes. Aprender es una aventura apasionante, que para mí tiene que ver con: jugar, experimentar, probar y equivocarte, intentarlo de nuevo, encontrar nuevos caminos ¡vivir!

Pedagogías alternativas

Llevo un tiempo analizando material sobre nuevas formas de creatividad, sobre lo que se está dando en llamar pedagogías disruptivas (me gusta más alternativas), esas que plantean nuevas formas de incorporar conocimiento. En general siempre me he identificado con los procesos que recientemente se denominan de «microrrevolución» y los hago propios en mi día a día, en las pequeñas luchas de lo cotidiano, donde la persistencia es una de las claves y la otra la necesidad de tejer y crecer en conjunto.

Aprender experimentando

Creo que una de las claves del crecimiento personal es el aprendizaje desde lo experimental, porque cuando incorporamos saberes valiosos a nuestra vida nos sentimos mejor, y cuando además “el otro “ reconoce ese aprendizaje, nos pone en valor, e impulsa el que nosotros mismos nos revalorizemos, y entonces, si además logramos transformar el aprendizaje en experiencia significativa, logramos traspasar el umbral de lo estándar para dar un paso más.

Aprendizaje como experiencia significativa

La última sesión de arteterapia la articulamos en dos partes: la primera poniendo en marcha un proceso valorativo por equipos de lo significativa que había resultado la experiencia de nuestra participación en el Certamen «Mil caras de Dulcinea»; y la segunda, abriendo puertas a un trabajo relativo al impacto de lo significativo, combinando la experiencia plástica con la visualización de un corto.

Fruto de la valoración del grupo surgió la percepción del lugar en que tuvo lugar el Certamen como algo extraño y desconocido… La experiencia fue sorprendente y divertida, con muchos nervios antes y durante, en algunos casos también después. De manera unánime valoraron lo que supuso el desplazamiento, las ganas de alargar la jornada, de prolongar las horas, de jugar allí y extender el juego más allá. Demostrando una vez más que el aprendizaje y el crecimiento personal dependen de variables que sobrepasan lo establecido.

                                                Metáfora de mi sentir I y II. Acuarela sobre cartulina





21 de febrero de 2017

Mil lugares de Dulcinea. Experiencia artística y crecimiento personal


La participación en el Certamen “Mil caras de Dulcinea” ha supuesto desde el principio un reto y un trabajo significativo. Contar con un evento que se preste a dar visibilidad a lo que se hace no es algo que suceda todos los días.

El proceso sobre el resultado

Nuestro recorrido da valor al proceso sobre el resultado, centrándonos en la creación sobre la reproducción, en la apropiación responsable de los contenidos expresados, en el desarrollo y entrenamiento de la percepción sensorial como vía de inspiración, en la liberación de juicios para aumentar la confianza en la propia capacidad de expresión.

   
                             

Empoderar lo femenino desde la pluralidad de género

El día de la presentación, las niñas estaban muy excitadas, (y hablo en femenino porque de 14 componentes, solo hay un chico en el grupo; supongo que de alguna manera es reivindicar desde el lenguaje esa mayoría numérica, tantas veces oculta tras el generalizado masculino), lo que no quita que empoderar lo femenino desde la pluralidad de género resulta mucho más interesante y enriquecedor.

Insisto, estaban muy alteradas y lo disfrutaron mucho. No tengo muy claro que tuvieran idea de lo que iba a pasar, porque aunque les había prevenido del desarrollo de la actividad, lo que ocurre entre los mensajes que damos y lo que se recibe puede ser muy diferente; con eso y con todo, ha supuesto una experiencia a recordar: la posibilidad de reflexionar individualmente, de plasmarlo plásticamente, de expresar su sentir desde una estructura poética, de construir una pieza performativa en grupo, de responsabilizarse del compromiso ante las compañeras, de salir de su espacio de confort, de disponer de un contexto expositivo para compartir presencia con artistas reconocidos: http://milcarasdedulcinea.blogspot.com.es, de enfrentarse “al corte” de tener que recitar un poema propio ante un público desconocido…


Experiencia artística y crecimiento personal

Supongo que de alguna manera, también a mí me emociona esa posibilidad de contribuir a que la experiencia artística forme parte de una iniciativa de crecimiento personal, de impulsar una propuesta que participa del cambio de las prácticas educativas en los espacios expositivos haciendo las instituciones mas permeables; una forma de "desmontar" las dinámicas de poder al uso, reconociendo al publico como constructor de conocimiento, conformando precisamente ese abrazo entre obra expuesta-espectador y el diálogo que se genera.

Reflexión individual y grupal: Composición de poemas plásticos-breves, "Sentirse especial", en conexión con los "Mil lugares de Dulcinea". www.mitoart.es

13 de febrero de 2017

Arteterapia en "Mil caras de Dulcinea"


Aquí teneís nuestra presentación en Radio Libertad, dando a conocer la participación de mitoART, a través del Taller de Arteterapia de Casa San Cristobal, en el Certamen “Mil caras de Dulcinea”: http://milcarasdedulcinea.blogspot.com.es/ un proyecto artístico que propone deconstruir la figura de Dulcinea, para cuestionar los estereotipos de género.

Dulcinea del S.XXI

Ante la pregunta ¿Quién es Dulcinea en el siglo XXI? hemos reaccionado con un proceso de reflexión personal y convergencia grupal que desembocará en una COMPOSICION DE POEMAS PLASTICOS BREVES partiendo de la idea de lo que para cada una significa: “Sentirse especial”, en conexión con “Los mil lugares de Dulcinea”, esos que vamos habitando desde la construcción del lugar que cada una y cada uno ocupamos.

En otro orden de cosas, formar parte de una propuesta intergeneracional, donde se dan cita multitud de lenguajes creativos: libro de artista, grabado, pintura, dibujo, fotografía, vídeo, instalación, performance... permite que traslademos “a la calle” lo que experimentamos en el taller.

Crecimiento personal y empoderamiento en femenino

El grupo que participa en el Certamen forma parte de una iniciativa llevada a cabo en San Cristobal de los Ángeles desde 2014, y está compuesto por 14 participantes: 13 chicas y 1 chico; con edades comprendidas entre los 9 y los 14 años.

Partimos del concepto de crecimiento personal como meta, y lo trasladamos a la práctica en un proceso conformado por módulos con objetivos específicos. La propuesta actual: "Ocupando mi lugar" se enfoca en el autoconcepto, la autoestima, el empoderamiento, el respeto, la escucha... desde los lenguajes artísticos y creativos.

Es por ello que nos sentimos muy identificadas con un proyecto que conecta arte y género y que visibiliza a las mujeres como sujetos activos que transforman su realidad.

                      
                        Taller de Arteterapia Casa San Cristobal. "Ocupando mi lugar"

10 de febrero de 2017

Asentando mis compromisos. La paz de la aceptación

Aceptar o entender

A veces entender las cosas te ayuda a aceptarlas, pero no siempre es así. Lo que finalmente te proporciona calma y paz es aceptar, y para ello no siempre es preciso entender, entonces ¿por qué ponemos tan poca energía en aceptar?

La razón parte de que si entendemos algo lo tendremos más fácil para aceptarlo. A parte de que eso no siempre es así, ¿qué pasa cuando no podemos entenderlo? pues que la vía para aceptarlo queda cortada. Por eso, la cuestión es: ¿cómo aceptas cuando no entiendes?

La necesaria apertura

En primer lugar: «asumiendo que entender las cosas no supone aceptarlas»; de modo que desde que sitúas que entender NO SIGNIFICA aceptar, le das menos importancia a entender, descubriendo que el hecho de aceptar es lo que te proporciona paz interior.

Cuando te das cuenta de que tu entendimiento no es tan importante, paulatinamente pones menos energía en entender y más en aceptar. Esto es apertura, lo que requiere menos esfuerzo y energía, y viene a suponer «dejarte llevar por la corriente»; mientras que entender muchas veces es ir contra ella. Cuando llega algo que te disgusta, primero lo niegas, y luego cuando percibes que tienes que «lidiar» con ello, tratas de entenderlo, si finalmente no lo logras, la única opción que te quedará será la aceptación.

El desarrollo del instinto

Con el tiempo desarrollamos el instinto que nos hace saber cuando vamos a llegar a la orilla y cuando no. Si estás en el Amazonas va a ser muy difícil llegar al otro lado, aunque le dediques toda tu vida; porque incluso si llegaras, todo ese tiempo habrías perdido un sinfín de oportunidades.

Luchar es una opción, es la mayoritaria, la que te iguala a los demás y evita que se te excluya, incluso si aceptar será muchas veces visto como rendición, como «pasotismo».
     
                         
La verdad es relativa

Así que en vez de derribar el muro del otro para acceder a él, mejor esperar o rodearlo.

No hay una única verdad, ni una sola forma de cruzar el río o atravesar el muro, hay múltiples ríos y muros, y donde te sitúas hace que la forma de abordarlo sea diferente. No somos nadie para tan solo utilizando nuestras gafas para ver, explicar los ríos de los demás, porque cada cristal y cada mirada es diferente, tan diferente como lo que hay al otro lado.


 Lazos de compromiso y aceptación. Arteterapia. Ocupando mi lugar

3 de febrero de 2017

Mis acuerdos y compromisos: mi relación con ellos.

¿Por qué tenemos tantas dificultades en comprometernos? ¿Comprometerse es algo propio de los adultos, o también común en niños y niñas? ¿Crecemos con el concepto de «compromiso», o es más bien algo que surge con el transcurso del tiempo? Cuando nos comprometemos ¿sabemos lo que eso significa? ¿sabemos a lo que nos «obliga»?
  

Cuerpo y pintura para expresar

Iniciamos un viaje en el que la importancia del acuerdo y el compromiso de respetarlo están muy presentes. Utilizamos el movimiento corporal y la pintura sobre soportes poco convencionales (porexpan) para vivirlo desde el cuerpo. Se trata de, tras revisar a qué nos comprometemos, cómo y por qué, reconocer lo que hacemos después para respetarlo.

La importancia del ejemplo y el factor del miedo

Algunas participantes manifiestan la escasez de compromisos en su vida, quizá el no tener este ejemplo de manera cotidiana haga más difícil identificar, reconocer y convivir con el compromiso. A lo que habría que añadir el factor del miedo, el temor a no prometer nada para no tenerse que enfrentar con el qué hago si no lo cumplo.

El miedo pone en la balanza los recursos de que uno dispone y aquello que tiene que afrontar. Cuando ésta se desajusta es cuando el miedo aparece. Por lo tanto, es un asunto más de inseguridad y de no conocerse bien a uno mismo, lo que genera malestar y frustración.

Las personas que tienen miedo al compromiso suelen ser inseguras, les cuesta expresar las emociones y necesitan controlar para sentirse cómodas y seguras en su zona de confort. Suelen ser inflexibles y temerosas; obvian que la amenaza somos nosotros mismos, no el entorno.

En cierta forma, la falta de estrategias y de conocimiento sobre uno mismo hace que se busque justificación a la propia inseguridad y a los temores. Puede que sea cierto aquello de «haciendo lo que tememos disolemos nuestro temor», lo que supondría que dejando de estar controlados por el miedo, podemos flexibilizarnos.
Arteterapia. Ocupando mi lugar. Casa San Cristobal

28 de enero de 2017

El compromiso. Construyendo el acuerdo

Crecimiento desde lo intergeneracional

Iniciamos esta nueva andadura con un grupo que crece en número de participantes y en edad, que mantiene la invitación a las más pequeñas (9 años), y se extiende hasta las mayores (14 años).
Un abanico amplio, heterogéneo y que supone un reto; con peculiaridades diversas en cuanto a origen, circunstancias, situaciones… Apostando por el crecimiento desde lo intergeneracional, atendiendo la diversidad, y asumiendo la diferencia como riqueza, incluso si eso significa la necesidad de gestionar la complejidad.
                                                                                                                                                              

Compromiso con el grupo

Desde ese lugar planteamos la necesidad de elaborar un compromiso con el grupo y la importancia de construirlo desde el acuerdo. Para ello nos servimos del entrenamiento en la escucha y el diálogo llevado a cabo en anteriores ediciones, apoyándonos en distintas dinámicas de grupo.

Nos dividimos en grupos que en ocasiones creamos nosotras mismas, por libre elección, y otras veces los conformamos al azar. El ejercicio de escucha activa requiere práctica y atención. De los estímulos más convencionales derivados de la palabra, pasamos a los gestos y a la expresión sobre un soporte de tela blanca, lo que desemboca en la manifestación espontánea del cuerpo a través de la pintura, en un juego divertido e inteligente.


Al final, nuestro acuerdo se plasma en seis puntos:

1.- Todo lo que contemos aquí no se puede contar fuera. Respetaremos las confidencias de las compañeras y compañeros.

2.- Los conflictos con el grupo o con alguien del grupo se resolverán dentro del espacio de Arteterapia.

3.- Guardaremos respeto ante nuestras compañeras y compañeros. Cuando alguien hable en “El Círculo”, mantendremos silencio y le escucharemos. Respetaremos el turno de palabra.

4.- Cuando alguien en “El Círculo”, no respete, el grupo le pedirá que reflexione individualmente.

5.- Nos esforzaremos en llevarnos bien

6.- Trataremos de ser puntuales.

Arteterapia. Ocupando mi lugar. Casa San Cristobal

16 de enero de 2017

El mito como respuesta

Respuestas a lo desconocido

Existen muchas formas de interpretar la realidad, pero frente al uso de la razón, la mitología se sitúa en otro lugar, tratando de dar repuestas a lo desconocido y utilizando la imaginación cuando no sabe desvelar las incógnitas, de ahí la magia y la fantasía que rodean los relatos míticos. Los mitos nos informan de verdades esenciales para el ser humano mediante rudimentos simbólicos. Y desde ahí, me  adentro en el mito de Proserpina explicando el cambio de las estaciones, y desvelando otros hallazgos.
In the Garden of Proserpina, 1893 (oil on canvas) - Henry A. (Harry) Payne

Cuando el resultado del acuerdo es satisfactorio

La vida es puro acuerdo, y para ello la negociación es crucial. Quizá en ocasiones, el resultado no nos parezca justo, pero puede resultarnos satisfactorio, y eso es lo que le ocurre a Ceres cuando logra que Zeus pacte con Hades el que su hija permanezca con él en el inframundo la mitad del año, y el resto de éste suba a la superficie para estar con su madre.

El contraste como parte de la vida 

Este mito se ha utilizado durante siglos para explicar el origen de las estaciones y la transición del calor al frío y viceversa. El paso de las estaciones es fijo y responde a una cadencia de vida (primavera y verano) y a otra de muerte (otoño e invierno). Es en este contraste en el que cada estación adquiere valor, del mismo modo que cada acontecimiento y circunstancia que vivimos cobra peso. Y yo me pregunto: ¿acaso valoraríamos los momentos dulces si no viviéramos momentos amargos?, ¿acaso tendríamos referentes que nos permitieran apreciar la carencia, y la riqueza si alguna de ellas no existiera? 
¿Por qué tengo la impresión de que en Occidente nos empeñamos en buscar la luz, la limpieza, la juventud; frente a la sabiduría de Oriente que sabe apreciar la oscuridad, la sombra, la vejez, y que la pone en valor y no la destierra precisamente porque es parte de la vida? 

29 de diciembre de 2016

El lugar que ocupo ante la pérdida. El duelo de lo cotidiano

Un día aparentemente normal, en el que crees que todo está bien, todo en su lugar, quizá precisamente porque no ha pasado nada excepcional, y porque el mecanismo del que formas parte está bien engrasado, y todas las piezas funcionan correctamente, y tú te sientes bien en ese conglomerado. Puedes estar más o menos arropado, más o menos cuidado, pero estás adaptado, amoldado a lo que te ha tocado vivir, acomodado a la curvatura de tus mañanas, a las obligaciones de la tarde, a los huecos de la noche… y eso hace que te fundas con tu entorno, y en ocasiones, que te confundas, porque perteneces a un universo que probablemente nunca has cuestionado. 

Hasta que un día algo ocurre, algo que antes estaba ya no está; empiezas a mirar con lupa dónde, cómo, para qué estás… Puede que incluso se te haga un pequeño nudo en el estómago, de esos que hacen que el bienestar del principio se resquebraje y empieces a generar un sinfín de interrogantes.

Es entonces cuando comienzas un recorrido en el que la pérdida hace que añores lo que antes tenías y ahora no tienes, ocurre incluso con las pequeñas pérdidas de lo cotidiano. 
                           
Quizá lo abstracto sea más difícil de dimensionar, por eso en ocasiones nos servimos de elementos tangibles para «bajar» a lo concreto. Hemos utilizado palabras para describir cómo estamos cuando vivimos nuestros pequeños duelos, y los botones para colocarnos en un lugar de superación, con ellos las niñas han «esbozado» los recursos que utilizan para salir del lugar en que les sitúa la pérdida. 

Perdido el bienestar, cuando te preguntas y te cuestionas, empiezas a atesorar otra percepción de lo que te rodea, una mirada renovada que sin el espacio generado por esa ausencia no podríamos albergar.
                                                         
                                      Arteterapia. Ocupando mi lugar. Casa San Cristobal.                                       

-->