17 de noviembre de 2011

Mito, escuela y naturaleza

Es importante ofrecer oportunidades a  niños y niñas para que  puedan disfrutar con la naturaleza.  Los vínculos entre un niño y la naturaleza se pueden desarrollar en la escuela o fuera de ella. No es siempre necesario llevar a los niños al monte si de alguna manera se trae el monte a la escuela.
John Burroughs sostiene que primero hay que cultivar el amor a la naturaleza, y sobre esta emoción, el conocimiento intelectual. Entre los tres y los siete años, el niño descubre lo que ha sido definido como una percepción armoniosa del yo en relación con el mundo natural.
Aunque caminar una mañana de sol frente a la humedad de otoño, entre los árboles, pisando caminos de tierra nos devuelve una cierta sensación de pertenencia y nos recuerda nuestra verdadera naturaleza humana, maravillosa. Algo que los niños ya saben y lo recuerdan desde su vivencia a los adultos, con total simplicidad.
El ritmo de vida nos lleva a vivir en ciudades con porciones de cielo, con pedacitos de aire limpio, con retazos de hojas verdes y nos acostumbramos tanto que parecería que la naturaleza nuestra fuese solo ese fragmento, más no es así. Es algo más y algo que merece la pena incorporar en nuestras vidas.
Estos caminos se pueden hacer recordando las leyendas o los mitos que forman parte de nuestra memoria innata, como en el caso de Apolo y Dafne, congelado moldes de agua en forma de árbol para crear una instalación en el patio de una escuela dónde solo el tiempo le da forma y el agua vuelve a la tierra alimentando cada raíz, bien puede ser dibujar circunferencias en los caminos de tierra en el Parque Natural del Soto, o clasificar  por colores las hojas creando nuevos encuentros. Y que mejor interés que el descubrir el nombre que tienen las plantas, que no son insignificantes y que ellas son un regalo para nuestros sentidos. 
En los dibujos “el árbol de mis sueños” los niños fueron creadores de nuevos árboles que en cada rama acogían sus aventuras y deseos, como una árbol que en lugar de hojas tiene corazones o en lugar de ramas son brazos de pulpo, o el árbol que puede verse de noche porque es fluorescente. Una semana intensa que se desglosará a lo largo de dos años de proyecto en el Colegío MIRABAL, introduce la intención de que los arboles y la naturaleza se refleje de forma cotidiana y extraordinaria en la vida de los niños y niñas.
Aprender a cuidarlas, a encontrar un lugar o que sean los árboles que nos encuentren, fragmentos del mundo, experiencias de vida. 
Colegio MIRABAL. Proyecto WHERE IS MY TREE? and TIME TREE. Otoño 2011.Texto cortesia de J.V. T.