Seguro que sí, quizás de muy diferentes maneras, incluso sin ser totalmente consciente... pero no deja de ser una pregunta reincidente, que nos hace posicionarnos de un modo u otro, y que al formar parte de algo vivo, en constante evolución, se vuelve a plantear una y otra vez... "Hilo de Penélope" habrían dicho los pro-clásicos, tejer durante el día y destejer por la noche... cada vez de una manera, puede que parecido, pero nunca igual.
En definitiva, se trata de estar atentos y atentas a nuestro devenir, a lo que ocurre fuera y lo que provoca dentro, a las decisiones que tomamos.
Recientemente se planteó ante mí esta pregunta: ¿Cómo podemos saber si: somos nosotros los que tomamos la decisión, o es la decisión la que nos obliga a decidir? La decisión que nos obliga a decidir tiene que ver con esas veces en las que ante una situación determinada, has de elegir que hacer, pero ese elegir es relativo, porque tu quieres hacer algo, y tu intuición, tu yo interior, (¿tu conciencia?) o como lo quieras llamar, te insta a que hagas otra cosa; algunos dirían que más conveniente, pero ¿para quién? y... ¿siempre es así?
Y después ¿cómo te quedas? ¿cómo te posicionas ante las consecuencias?
Yo, en estos casos, para conseguir situarme: ME DETENGO, respiro con consciencia, me aquieto, me pregunto cual es el lugar que ocupo ante mí, dónde estoy ante mí, y a partir de ahí, me escucho y trato de dejarme fluir.
Ayer martes iniciamos nuevo ciclo: "Ocupando mi lugar", con un grupo en el que confluían chiquitas que volvían al taller de arteterapia y nuevas participantes. Con un abanico de edad importante: entre 8 y 14 años, y entre otros, el reto de articular el escalón intergeneracional, en este caso acrecentado por la inhabitual presencia de dos pequeñas que dieron color a lo que ocurrió.
Arteterapia. Ocupando mi lugar I. Casa San Cristobal