25 de marzo de 2013

Amor y Psique


Hubo una vez, un rey en Anatolia que tenía tres hijas, la más pequeña se llamaba Psique, y era también la más hermosa. Su belleza era especial, surgía del interior y emergía al exterior…

La diosa de la belleza, Afrodita, estaba muy celosa (como la madrastra de Blancanieves), así que decidió vengarse.
Piamonte 19. Madrid. Foto propia

Una noche, el rey tuvo un sueño espantoso, para que su reino no pereciera tenía que sacrificar a su hija en matrimonio de un  ser monstruoso… El soberano se resistía, pero finalmente y tras hacérselo saber a  Psique decidió seguir las indicaciones del sueño y llevarla a la cima de una montaña donde el Ser vendría a llevársela…

Afrodita, tenía un hijo llamado Eros/Cupido/Amor que lanzaba flechas de oro y plomo a los seres, de manera que según el metal utilizado, quien las recibía se enamoraba del primero que viese... o llegaba a detestar al que se cruzase en su camino; así que pidió a su hijo que lanzara una flecha de oro a un Ser monstruoso que le haría enamorarse de la princesa.

Sin embargo, mientras Eros preparaba la flecha de oro se la clavó por error, así que antes incluso de lanzarla se enamoró locamente de Psique… Por eso, cuando la joven dormía, encargó al viento del Oeste (Céfiro) que la llevara volando hasta su espléndido palacio.

Como Cupido no quería enfadar a su madre, al reunirse con la princesa, se presentaba siempre en la oscuridad, prohibiendo a Psique verle. Así  pasaban los días, Eros/Amor aparecía de noche y desaparecía de día… y Psique fue enamorándose de ese Ser que aunque no veía SENTIA desde lo más profundo…

Una noche, la princesa percibió a sus hermanas en sueños, quienes alimentaron su curiosidad, instándola a qué descubriera quien era su amado...  aunque eso significaba desobedecer a Eros; así,  instalaron en Psique la duda, de que aquel ser  podría ser un monstruo, lo que explicaba  por qué no quería dejarse ver…

De modo que la joven, en mitad de la noche, prendió una lámpara de aceite, con tan mala suerte que una gota cayó sobre el rostro de Amor dormido, que se despertó y muy enfadado se esfumó.

Cuando Psique se dío cuenta de lo que había hecho, rogó a Afrodita que le devolviera el amor de Eros, la diosa cedió, a cambio de realizar varias tareas, casi imposibles para un mortal.

Lo más difícil  implicaba buscar un objeto en el Hades. Al llegar, Perséfone, diosa del inframundo, le entregó un cofre con la condición de que no lo abriera, -contenía la belleza absoluta, solo para Afrodita-. La joven regresó a la superficie, cediendo en el último momento a su curiosidad... al  levantar la tapa del cofre surgió una especie de humo que la envolvió sumergiéndola en un sueño profundo.

Entonces, Eros que continúa enamorado de Psique y que aprecia sus esfuerzos para recuperarle, solicita de Afrodita el perdón. La diosa, cómo madre amante de su hijo, atiende su demanda y devuelve la vida  a Psique, haciéndola inmortal...