qué ocurre con el lenguaje del cuerpo (donde, por cierto, se alberga la mente...), las curvas suaves al caminar, nuestros gestos al explicar algo que nos conmueve, al danzar, al correr, al gritar... al abrazar; el lenguaje del tacto al estrechar una mano, al acariciarla, el roce de una mejilla, la piel mía y la del otro... ???
El vuelo de Carlos. Foto propia
qué sucede con nuestra voz, con su sonido, su ritmo, su armonía, su suavidad, su cadencia....???
qué experimentamos cuando nos abandonamos al lenguaje de la plástica, de los trazos, de la pintura, del modelado, del collage, de la construcción...
qué pasa con el lenguaje que mantenemos cuando conectamos con la naturaleza, cuando nos detenemos (no nos paramos), y de modo atento y sutil sentimos, un paso, otro, la presencia del aire, la conexión con la tierra, la densidad del suelo, el susurro de las hojas, la caricia del sol...
ocurre que, descubrimos universos nuevos que están en mí, y que nos abren puertas a espacios fascinantes por recorrer... muchos más ricos e intensos cuando los compartimos con el otro.