¿Con qué me enredo?
¿Por qué?
¿Qué puedo hacer para desenredarme?
Un laberinto de hilos en el aula
La propuesta creativa fue: construir un laberinto de hilos en el aula, con el recuerdo plástico de una actividad realizada hacia más de un año donde el punto de partida fue “el tejer y el destejer de Penélope” y toda la simbología derivada del mito; en esta ocasión planteamos las mil situaciones en las que nos enredamos en lo cotidiano; al final, el juego desembocó en el inevitable “desenredo” y su plasmación en papel con ceras grasas.Pensamiento divergente, cuando la curiosidad es un camino
El escenario-punto de partida para el ejercicio de ENREDARNOS tenía que ser diferente, arbitrario, y sorprendente. A la invitación de disponer el mobiliario del aula (sillas y mesas), de manera arbitraria, las chicas reaccionaron con ganas y energía. Supongo que de alguna manera este nuevo enfoque del espacio habitado, su re-organización y posterior intervención tenía como inspiración el Art Thinking, cuya base se asienta en los descubrimientos de la neuroeducación, en el estudio de cómo aprende el cerebro, y en la necesidad para ello de activar la emoción, de despertar la curiosidad.De las células madre del cerebro nacen a diario entre 4.000 y 5.000 neuronas, a través de un proceso llamado neurogénesis. Las actividades que se realizan desde pequeños crean circuitos neuronales; algunos se mantienen y otros desaparecen. Cuando esas actividades no son significativas para nuestra vida diaria, se diluyen. La clave para que lo que aprendemos sea significativo, es que tanto la información como el proceso sean relevantes y se repitan.